Catar a ciegas doce vinos, saber a qué variedad corresponde cada uno, dónde se produce, cuántos años tiene, en qué mercado se vende, qué tipo de cliente lo consume y a cuánto se comercializa, fueron algunas de las pruebas del primer año de estudio por las que debió pasar el enólogo Jonas Tofterup para conseguir el título de Master of Wine, título que sólo lo tienen 384 personas en el mundo, en una carrera que se puede extender hasta siete años. “Sólo un 5% de los candidatos aprueba este programa finalmente”, comenta el Master of Wine y Export Manager de Viña Valdivieso, señalando que en Latinoamérica sólo hay una
persona con este título y se encuentra en Argentina.
El primer acercamiento al mundo del vino de Jonas Tofterup fue a la edad de 11 años,
cuando viajó con su familia a Chile a ver a su hermano mayor, quien se dedicaba a la
enología en la viña Tarapacá. “Me gustó mucho la cordillera de los Andes, las montañas, la naturaleza y la gente amistosa. En ese momento pensé que quería hacer vino algún día y al terminar el instituto a los 19 años, estudié ingeniería alimentaria y posteriormente Enología y Viticultura en Erasmus Mundus, entre Francia, Alemania y Sudáfrica”. Hoy, Jonas Tofterup es el encargado de abrir nuevos mercados en Europa para Viña Valdivieso, ya lo ha hecho con naciones como Dinamarca, Polonia, España y Suiza.
Asimismo, es Brand ambassador de Caballo Loco, vino que posiciona en sitios de alto
prestigio de Inglaterra, restaurantes Michelin y tiendas de alta gama. De hecho, al momento de entrevistarlo era acompañado por sus clientes ingleses, que vinieron a Chile para conocer un poco más nuestra cultura.
En su extensa carrera, el reconocido enólogo asegura haber degustado más de 3.000 vinos de diferentes latitudes, algunos muy peculiares. “Hay un vino muy distinto, un rosado de una bodega en España llamada Viña Tondonia. Es un vino especial porque es un rosado madurado en roble durante 6 años y luego en botella por 4 años. Es un rosado que sale al mercado después de 10 años de guarda. Es un vino más bien mineral, con presencia a sotobosque, hojas mojadas, huele un poco a frutos secos ¡y el color es naranja no rosa! Es una curiosidad tremenda”.
Otra excentricidad es el Caballo Loco número 17, explica el especialista, “es un vino que
mezcla 21 diferentes cosechas desde 1992 a 2012, la mayoría corresponden a Cabernet
Sauvignon. Tiene notas propias de un vino joven y notas más complejas, terciarias, como frutos secos, cuero y tabaco que provienen de los vinos más antiguos. Es súper complejo por sus diferentes niveles con un final muy largo en boca cuando lo has tragado”.
Sin duda, ser un Master of Wine abre puertas a cavas exclusivas a las que pocos podrían acceder, Jonas es uno de esos privilegiados. En la isla portuguesa de Madeira, en pleno océano Atlántico, el enólogo tuvo acceso a un vino de 1795 de Barbeito. “Es un vino generoso encabezado con alcohol, tiene 20º de alcohol, un poco dulce y con mucha acidez. Los mejores de estos vinos aguantan cientos de años por su acidez, azúcar y porque tienen 20º de alcohol. Son envejecidos hasta por 30 años en barricas de roble, proceso en que se evapora mucho vino y queda 30% del volumen inicial, para luego ser guardados en globos de cristal. Es algo muy único, una sensación tensa de sabor, tiene mucha viscosidad; mucho extracto seco con frutos como nueces, avellanas, duraznos; miel, mucha acidez y una longitud interminable: Media hora después lo puedes saborear”, relata.
Para Jonas, Chile tiene un significado especial, “este país tiene una increíble diversidad de climas y suelos y con esto podemos hacer todo tipos de vinos en el mundo. No hay ningún país que reúna estas condiciones. Tenemos uvas desde el Limarí hasta al sur del Biobío, más de 1.000 kilómetros de distancia, lo que a la hora de producir y etiquetar da mucha flexibilidad, a diferencia de las regiones europeas”.
“Me gusta mucho el Chardonnay de la zona de Leyda; el Syrah que podemos conseguir en el valle del Limarí porque tiene estos toques a especias, a pimienta y es un pelín salino; el Cabernet Sauvignon producido en altura en el Maipo; o el Carménère de la zona de Apalta, el mejor que he probado”, aclama Jonas Tofterup, invitando a los lectores a disfrutar y valorar la extensa gama de vinos que se elabora en Chile. ¡Salud!