Por qué como civilización celebramos el “Año Nuevo” de Occidente, es una pregunta que me he realizado varias veces en la vida. Sobre todo, al conocer el “We Tripantu”, el también llamado “Año Nuevo Mapuche”, celebración que da la bienvenida al “retorno del sol” en el hemisferio sur, marcando una nueva temporada para la agricultura andina en el día del solsticio de invierno, correspondiente también al día más corto del año. Al igual que otras civilizaciones indígenas solares (mayas, incas, egipcios), el pueblo mapuche observa y analiza dentro de su cosmovisión los cambios en el firmamento y su relación especial con la Tierra y la naturaleza. Por ello, el we tripantu es una ocasión en la cual las familias se reúnen la noche anterior al solsticio para conversar, contar epew (cuentos), escuchar a los kimche (sabios), además de ser un encuentro entre los ancianos y los niños en el que conversan y se traspasan conocimientos, historias y orgullo Mapuche.
Antes del amanecer, con el trinar de los pájaros, los mapuche levantan a los niños y los llevan a lavarse en algún río o curso de agua en movimiento. En este proceso el agua se lleva todo lo negativo del año que pasó, como los malos espíritus, enfermedades y malos pensamientos. Luego, se reúnen para realizar el nguillan mawún (ceremonia del amanecer), donde se comunican con las fuerzas del cosmos, siempre dirigido por una machi. Cuando el sol aparece por la cordillera o Puel mapu (tierra del Este), los mapuche gritan “¿Akuy we tripantu!” (llegó el año nuevo) y “¡Wiñou tripantu!” (regresa el amanecer). Durante todo ese día se realizan diferentes eventos como carreras, se juega el palín o juego de la chueca y se realiza el guillatún, que es la ceremonia de agradecimiento por este nuevo año.
El we tripantu además de simbolizar el cambio de temporada, es una fecha llena de significancia en torno a la naturaleza y también un momento para meditar y analizar el rumbo que estamos tomando como sociedad y humanidad en el cuidado de nuestra tierra.
Es tiempo de volver a las raíces y ser más conscientes.
¡Waypa! (algo así como “¡salud!”)